23 de diciembre de 2019

EN CONCHUCOS AUN SE TEJE PONCHOS EN TELAR

HERENCIA TEXTIL ANDINA

Avanzaba el año 1984 Alejandro Zuñiga Quiñones y Filomeno Zuñiga Quiñones conchucanos de nacimiento, cursaban el inicio de su estudio secundario y tuvieron que abandonar, para dedicarse a trabajar en el telar el mismo que por destino Lorenzo Zuñiga Salinas nuestro padre; encaminaba su talento heredado de su Maestro conchucano Isaac Eusebio. Un accidente cortando eucaliptos en el Barrio Flor del Valle Alto, cambió el destino de mis hermanos y de la familia Zuñiga Quiñones. Luchador y con esa fe que ya quisiera tener, pasaba sus días aferrado a su vida y probablemente sufriendo al no poder cumplir su promesa con sus primeros hijos.

Sin embargo, esa fortaleza y formación a sus jóvenes hijos, hizo que no dudaran y tomaran el destino de nuestra familia asumiendo su rol y responsabilidades de mayores; en su noble profesión de ser artesano textil. Han pasado dieciocho años de su partida y con orgullo vivo agradecido a mis hermanos y comparto con ustedes la herencia que dejó mi padre.

En la última visita pude captar imágenes de su trabajo y la nostalgia que invade, hace que viaje en el tiempo y nombre a los ponchos, camisas, sacos, pullos, polleras, pañolones y frazadas. También labores como: kengos, cocos (rombos), cuadrados, cuadrados relleno, palmas chica y grande, daos y marisco. Gracias padre y donde te encuentres, sabes que tus hijos siguen hasta hoy trabajando con orgullo nuestras telas que sirve de abrigo a generaciones y el cual nos aferramos a su extinción.

Por: Cesario Zúñiga.

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