Hace casi medio año se firmó un contrato de
transferencia de sus tierras de la comunidad por parte del estado a la empresa minera, para explotar el proyecto
Magistral; pero especifiquemos bien no fue el pueblo en su conjunto y sus
instituciones, que negocio el usufructo si no que solo fue la “la Comunidad Campesina de Conchucos” como
propietaria de las tierras.
Ahora la empresa minera ya ha empezado algunos trabajos de perforación
de diamantina, donde los derrames de aceites, grasas o aditivos, se desliza con
la lluvia a estos bofedales como se ve claramente en la imagen y esta agua discurre hacia el
rio Magistral y llegara a la laguna de llamacocha.
Siempre hemos dicho que en un cercano tiempo de cinco años
podremos ver la dimensión de lo que suceda a nuestros ríos y lagunas, pero aquí
hay una cuestión más alarmante, si se puede decir así, esto si será casi
aterrador, es una laguna artificial que construirá la empresa minara en la
quebrada de Magistral, que contendrá millones de metros cúbicos de agua, este
tema lo analizaremos más adelante porque es de alarmarse.
En nuestros pueblos se necesita de manera urgente crear un
amplio movimiento de ciudadanía hídrica y ambiental que nos lleve a promover
una nueva cultura del agua que garantice la defensa del derecho a la misma
tanto para consumo humano como para las actividades agrícolas y pecuarias. Entre
los instrumentos fundamentales para garantizar el derecho al agua, la
protección y gestión sostenible de los recursos hídricos se crear un conjunto
de medidas que requieren voluntad de los actores políticos e instituciones,
como constituir una autoridad local del agua, etc.
Si bien es cierto que las actividades mineras han creado
beneficios sustanciales y pocos costos económicos para las poblaciones cercanas
a las operaciones, el empleo directo en las minas de nuestro país, ha sido
pequeño, siendo la etapa de construcción la de mayor demanda ocupacional. No
obstante, al considerar las externalidades sociales y culturales de los proyectos
de explotación de los recursos naturales, estas, usualmente se centran en los
aspectos negativos, tales como en el aumento de crímenes y prostitución,
conflictos de las comunidades locales al entorno del proyecto minero. Sin embargo,
habrá efectos secundarios positivos, especialmente en las áreas de salud,
capacitación, educación y creación de capital social.
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