29 de junio de 2017

UNA FECHA COMO HOY NACIÓ UN HISTÓRICO ANCASHINO

29 DE JUNIO: NACE PEDRO PABLO ATUSPARIA

Pedro Pablo Atusparia nació en Marian, Huaraz, el 29 de junio de 1840. Fue hijo de Cayetano Atusparia y Melchora Ángeles. Cuando estuvo por cumplir los 15 años, Pedro Pablo fue llevado a Huaraz por su padre, a la casa de su padrino don Manuel Alzamora. Este señor, tenía un negocio de tintorería. El joven muy pronto aprendió el oficio de la tintorería, labor en la que se hizo diestro. Atusparia en casa de su padrino escuchaba las largas conversaciones que él sostenía con su grupo de amigos de ideas liberales y así poco a poco iba aprendiendo el significado de términos como "justicia", "libertad", "igualdad”, "derechos", "paz", etc., que luego aplicaría muy bien en su vida.

Atusparia conoce a María Fernanda Yauri con quien se casa en 1869. El matrimonio llegó a tener 3 hijos: La mayor se llamaría Flora, el segundo Manuel Ceferino y la tercera hija se llamó Visitación. En 1880, Atusparia llegó a ser elegido subdelegado de Marian, pues se había ganado fama de ser una persona seria y responsable.

Apenas fue elegido autoridad, Atusparia tuvo que trabajar muy fuerte para hacer respetar los derechos de sus hermanos. Por todo ello, fue detenido y encarcelado, Atusparia declaró ante el juez que si se metía en problemas era porque defendía a su gente de los abusos y atropellos. En señal de respeto la gente lo llamaba “maestro” y él se dejó crecer la trenza, que era una señal de autoridad en el pueblo andino.

En el año de 1884, Atusparia acudió a la elección de las nuevas autoridades, allí fue elegido Alcalde. Apenas asumió el mando como autoridad, tuvo que poner toda su voluntad para tratar de aliviar el sufrimiento de sus hermanos del campo. Comprendió que él debía realizar acciones directas para poder ser escuchado. Así fue planificando una insurrección para reivindicar a su pueblo.

La principal causa de la revolución Campesina de 1885 fue la postergación en que se encontraba el campesinado. En el virreinato, se respetaban los terrenos que eran propiedad de las comunidades campesinas, pero en la República hasta ese derecho se les retiro.
Protestando contra el pago de la contribución personal, los alcaldes campesinos, que ya estaban encabezados por el Alcalde Pedro Pablo Atusparia, le entregaron una petición, un memorial, al señor Prefecto del Departamento de Ancash, el Coronel Francisco Noriega. De manera prepotente, el Prefecto ordenó al Gobernador, de apellido Collazos, detenga a los alcaldes y les obligue a denunciar al “mishti” que había redactado el memorial.

Atusparia fue sometido al tormento de recibir 200 azotes y pese a ello mantuvo el secreto. Completando a la afrenta, le cortaron las trenzas que como ya sabemos, era un símbolo de autoridad entre los campesinos desde los tiempos antiguos. Este abuso cometido el 1 de marzo de 1885 fue la gota que colmó la paciencia de la gente del campo. El 2 de marzo atacaron la ciudad, siendo rechazados tras cinco horas de lucha. El 3 de marzo, mejor organizados, atacaron desde los cuatro ingresos de la ciudad: Calicanto al oeste, Tacllán al sur, Virgepampa (hoy Centenario) al norte y Auqui, al lado este. La ciudad estaba defendida por cien soldados del batallón del ejército “Artesanos”, 120 de la Guardia Urbana y 72 soldados de Caballería. Los campesinos al final vencieron. Ese día murieron 180 soldados y por lo menos unos dos mil campesinos.

El 15 de marzo Carhuás cayó en poder de los sublevados. Allí surgió otro líder: Pedro Celestino Cochachin, más conocido como “Uchcu Pedro” hombre experimentado en el arte de las armas, pues en la Guerra con Chile, dirigió una columna guerrillera. El 4 de abril fue tomado Yungay luego de una ráfaga con la Guardia Urbana. Ante esto, Carás se rindió el día 6. Atusparia impuso autoridad e impidió que se saquee la ciudad. Dueñas del Callejón de Huaylas, los campesinos comenzaron a repartirse las tierras. Este hecho dio motivo a la desesperación de los “mishtis”, quienes en secreto pidieron a Lima la pronta intervención del ejército para acabar con la insurrección. “Uchcu Pedro” sabía que desde Casma subirían las tropas para enfrentar a las fuerzas revolucionarias, por ello con lo mejor de sus tropas ocupó todos los pasos de la Cordillera Negra. Esta táctica le permitió derrotar a tres batallones del ejército que intentaron cruzar la Cordillera Negra. Pero una cuarta expedición compuesta de 700 soldados llegó a Yungay el 20 de abril, pasando por Quillo. Traían dos cañones, armamento moderno y varias ametralladoras.

Las fuerzas campesinas reaccionaron atacando a la tropa los 25 y 26, pese a ello fueron derrotadas por falta de armas. El día 26 de abril, Pedro Pablo Atusparia salvó de morir, pero fue herido gravemente y ya no pudo continuar frente al comando de la insurrección. Las tropas campesinas retrocedieron hasta Huaraz para reagruparse, siendo atacados el 3 de mayo en plena procesión del Señor de la Soledad. Ese día la matanza fue terrible, eran palos y piedras contra fusiles, metralleta y bayonetas. Como Atusparia fue herido,”Uchcu Pedro” se hizo cargo de la dirección de la guerra. Bajo su mando, se atacó Huaraz desde la Cordillera Negra, el 11 de mayo. Fue la batalla de Huarupampea donde nuevamente son derrotados los campesinos. “Uchcu Pedro” mantuvo viva la esperanza de la revolución hasta el mes de setiembre en que fue traicionado y fusilado en Casma. Con su muerte recién termina este doloroso capítulo de la heroica gesta del pueblo andino. Atusparia ordenó que en señal de duelo por tanta matanza, los campesinos pongan una cinta negra a sus sombreros, costumbre que aún se usa en nuestra tierra.

A Pedro Pablo Atusparia lo había condenado a morir el nuevo Prefecto, el Coronel Iraola. Pero toda la ciudad en Huaraz se levantó impidiendo que se cumpla esa orden. Cuando se recuperó de sus heridas a fines de 1885, Atusparia volvió a sus labores habituales convencido de que la lucha que había iniciado debería continuar por otros medios.

Es así, que al año siguiente viaja a Lima aprovechando el cambio de gobierno, pues había dejado el poder Miguel Iglesias, derrocado por el General Andrés Avelino Cáceres.

En junio de 1886, se entrevista con el Presidente Cáceres, con quien sostuvo el siguiente diálogo:

- Dime Atusparia. ¿Por qué frente a los chilenos sólo fueron pequeños grupos de guerrilleros y cuando les cortan las trenzas a sus alcaldes, se levantan por miles?

- Es que no es culpa de mis hermanos no amar a una tierra que no nos pertenece… Nadie, nos enseñó lo que es amar a la patria. Muchos de nosotros pensábamos que la guerra era la pelea del “general Chile” en contra del “general Perú”.

- Tienes razón, Atusparia. La culpa es nuestra por no haber hecho de ustedes, los campesinos, unos peruanos a carta cabal…

-Replicó con profunda tristeza el presidente.

En esa visita, Atusparia pudo conseguir sabiamente que el gobierno no se comprometa a atender las principales necesidades de su pueblo.

Al regresar a Huaraz, Atusparia se refugió en Marian, estaba muy enfermo. La mañana del 25 de agosto de 1887, Pedro Pablo Atusparia falleció a causa de una infección intestinal. No murió envenenado, como aseguran algunas novelas de moda. A su entierro acudió toda la ciudad.

Iniciando el Siglo XXI, lo que rescatamos de Atusparia es que el movimiento que él inició sólo se compara al gran levantamiento de Túpac Amaru II.

Atusparia se adelantó a su tiempo: 25 años antes de la Revolución Mexicana, aquí se hizo una revolución campesina; 32 años antes de la revolución Bolchevique en Rusia, aquí se peleó con un doble mando, el político (Atusparia) y el militar (“Uchcu Pedro”). 85 años antes de la reforma agraria, aquí se repartió la tierra y se luchó en defensa de los derechos del campesino. Ésta es la mejor herencia que podemos recibir de este gran ancashino.

¡Sintamos orgullo por él...!!!

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Artículo, escrito y publicado por: Winston Guillen Giraldo

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