28 de julio de 2010

RECUERDOS JUVENILES INBORRABLES

Corrían los días en año 1993 una cierta mañana en el colegio, el director mando llamar a todos los integrantes de la selección de fútbol del colegio, ya reunidos todos, el director y nuestro entrenador también presente, nos dijo: hay una invitación del colegio de Cabana para ir a jugar con la selección de fútbol. ¡buena! ¡que chévere! Gritamos en coro interrumpiendo al director, todos se alegraron, de verdad se sentía una profunda alegría ir a jugar con la selección de futbol de tu colegio.

¿Están de acuerdo? pregunto el director. !Si profe estamos de acuerdo¡ muy bien dijo, pero vamos a trabajar muy duro para ir, pero iremos a ganar y traer la copa, ¡si profe! Tenemos que traer la copa, decían todos en grupo. Muy bien entonces desde mañana empezamos a entrenar pero antes de nada quiero decirles que su entrenador será el profesor de educaron física aquí presente. ¡esta bien profe! Gritamos todos, ya ni queríamos saber quien seria nuestro entrenador, estábamos emocionados con la convocatoria y la invitación que todos queríamos que se llegue pronto el campeonato para ir a jugar. Acordamos salir ha entrenar a las 6:00 de la mañana hacer puro ejercicios y en la tarde a partir de las 3:00 puro fútbol. Así se quedo y eso fue nuestra rutina durante 20 días.

A los entrenamientos fuimos convocados más de 20 jugadores pero como se iban intensificando los ejercicios tambien iban disertando algunos de los alumnos hasta quedar 16 seleccionados un grupo compacto todos se esforzaban por los entrenamientos que lo hacían de modo serio, científico, aplicado, como si fueran unos profesionales a punto de preocuparnos por nuestra alimentación, descansar temprano, interesados no sólo en realizar los ejercicios bien para evitar lesiones, sino en que se vea que efectivamente lo dan todo, incluso fuera de las canchas.

Pero de todo lo armonioso que parecía los alumnos no llegaban ha una buena convivencia con el entrenador, ya que era un profesor nuevo, era el primer año que enseñaría en el colegio, todos se hacían demasiadas bromas y el entrenador lo molestaba escucharlas, aunque ellos querían entrar en más confianza con el profe pero no lo gustaba nada las actitudes de los alumnos.

Un cierto día, nuestro entrenador, se quejó con el director y renunciando ser el entrenador de ésta selección. ¿Pero cual es el motivo? pregunto el director, “este grupo no obedecer, no ser caso indicaciones solo queren patear balón” era un hombre que hablaba el quechua y por ende vocalizaba diferente algunas palabras. Nosotros casi nunca llamábamos balón solo pelota, pero el profe solamente decía balón, los alumnos lo pusieron como apodo al profe “balón”.

Por cierto, el lector atento habrá caído en la cuenta que hasta el momento no he dicho el nombre de nuestro entrenador, pero es que ¡lo he olvidado!. Es curioso cómo funciona la mente en estos casos. Alguien que fue tan importante para mí, en aquellos años, primero para bien, porque fue un hombre amable, buen profesional de educación física que supo lidiar con nuestras inquietudes y palomilladas, su nombre ha quedado perdido en mi memoria, sepultado por otros nombres, otros recuerdos. En realidad lo que sé de él que fue natural de Huaraz, profesor titulado en la especialidad de educación física. Ya poco importa saber el nombre. Para mí, él siempre será “El Profe Balón”, una figura en aquel tiempo tan importante cuyos recuerdos, que ahora convierto en relato, aún están teñidos para mí con el color de lo trascendente. Era en fin alguien de quien aprendimos muchas técnicas deportivas, cuyos ejercicios dependía que me acostara cada noche, con dolores y hasta sentarse hacer nuestras necesidades con tal sufrimiento, pero cada mañana también levantarse de la cama con la sonrisa por la esperanza de jugar en el campeonato invitado.

Corrió como 20 días de entrenamiento, hasta que llegó el día de viajar a Cabana, por la noche todos nos despedíamos de nuestros amigos, compañeros y de las chicas que acostumbrábamos visitar todas las noches, por la mañana del día siguiente a las 5 de la mañana los más entusiastas tocaban la puerta de los demás compañeros, ahí tambien se escuchaba el tintan de la campana del colegio, a las 6 de la mañana estábamos saliendo rumbo a la capital de la provincia con la fé y la esperanza de traer la copa. Caminando la subiada de Sulchir grupo, grupo se veía de lo lejos subir la trocha de la “z”, pero ustedes se preguntaran que es la “Z” no es solo una letra del alfabeto, si no, que el camino que va hacia Cabana hace una curva en un cerro en forma de una “z”, por eso todos de la provincia lo llaman así, divisamos por el alto “Choloque” y de ahí llegamos a Llakchimachay y llega el limite de la frontera de Huandoval pasando por una cadenas de lagunas, llamadas Pusacocha, a las 11 de la mañana llegamos al sitio llamado tres acequias territorio de Cabana, ahí almorzamos, nos lavamos en las frías aguas de estas acequias.

Bien comidos, seguimos el viaje, cerca de la 1 de la tarde estábamos entrando al pueblo de Cabana, ahí,  nos esperaban dos filas de estudiantes con una banda de músicos, nuestro director recibió un ramo de flores nos dieron la bienvenida y emprendimos la marcha hacia el colegio nacional “Apóstol Santiago” de Cabana, por la calle algunas gentes nos regalaban manzanas, pan, gaseosa, etc. la multitud aplaudían nuestra llegada ya en el colegio hubo una ceremonia muy corta ratificaron la bienvenida, ahora lo hizo la “Miss Cabana” una joven muy bella lógicamente la mas bella de Cabana, todos nos miraban, otros jóvenes murmuraban de distintas maneras.

Después que pasó la ceremonia nos invitaron al estadio deportivo ahí ya estaban todas las delegaciones uniformadas y listas para darse el play de honor. Pero nosotros que veníamos de tan lejos y caminando no, nos esperábamos la sorpresa que nos tenían lista. El supuesto sorteo ya estaba, y claro con la mañosa actuación siempre de los cabanistas, en ese instante nos dicen que teníamos que jugar frente al equipo de Cabana. Se comentaba que a la selección de Conchucos se le temía por tener buenos jugadores, por eso como dije mañosamente nos hicieron jugar cansados por el largo viaje. El profesor Manuel fue a la mesa ha reclamar, era injusto hacernos jugar porque estábamos cansados, todos veníamos caminando solo dos alumnos aviamos llevado caballos, pero la trampa estaba hecha, la mesa no acepto nuestro reclamo, tuvimos que jugar; ya era las 4:30 de la tarde, todos nos afilamos los huesos y salimos al campo muchos encomendándose al “señor de las Animas”. Y sin antes recibir las buenas vibras de mucha gente, cabanista y conchucanos que nos daban aliento, recuerdo con orgullo a una mujer que nos trasmitió fuerza y coraje, Doña Carmen Marreros “vamos muchachos ustedes pueden vamos a darle una paliza a estos cabanistas” nos dijo, agarrando una canasta redonda lleno de manzanas, esto es para ustedes, nos dijo.

Mi entrenador reclamó la atención de la mesa y del árbitro a gritos, como es posible que hasta arbitro ya avían escogido, pero ya era tarde, lo sentía un ambiente a complot contra la delegación Conchucana.

Ya todos los jugadores en sus respectivos puestos, pitó el arbitro y empezó el juego, Shilico era, sin duda, el mejor defensa y el alma de nuestro equipo. La espectacular velocidad de Pugula y de Taño, que jugaban en la punta, formaban la pareja letal que hacían que nos teman los demas equipos, Eran el alma y los pies del equipo. Sin embargo, las virtudes de los demás jugadores hacían compacto al equipo.

Era un verdadero espectáculo el encuentro las gentes hacían barra, un grupo de jovencitas colegialas se apostaron en el arco de nuestro equipo, con piropos, gritos y tirando piedrecillas como para desconcentrar al arquero, era una tarde de tensión, fiesta y de gozo en los espectadores.

Entré en el campo con el miedo habitual, como siempre mientras lo hacía con la cabeza gacha, observaba mi camiseta. Mi entrenador me dijo mil y una veces que no la mirara, que la camiseta era para identificarme ante los demás, no para mí. Pero yo no podía evitarlo. Me gustaba jugar con camiseta, porque podía imaginarme que era un profesional. También al correr miraba mis codos y rodillas, llenas de heridas causadas por las piedras que habitaban en nuestro campo de “picullo”.

¡Qué mundo, el área! sabia muy bien cómo moverme en ella. Nunca supe muy bien si quería estar cerca del balón, de su trayectoria, o lo más lejos posible del mismo, el area, en ese espacio en el que uno haga es tan trascendente, allí donde todos tienen puesto la mirada.

Me peleaba con el delantero que llegaba al área, Tal y como nos había enseñado mi entrenador. Era un delantero recio un trigueño buen jugador, siempre ganaba en fuerza solo "Shilico" controlaba pateándolo por cualquier parte, la gente gritaba insultaba por las patadas exageradas que lo daba, termino el primer tiempo y ningún gol, ya podia sentír la desesperación de los cabanistas su entrenador un poco moreno delgado de piernas "chuecas" con cigarro en la boca gritaba como un callejero a sus pupilos.

Empezó el segundo tiempo ya entraron con mas fuerza nos atacaban, pero no concretaban entonces se dejaba notar la parcialidad del arbitro por que nos cobraba todas la pelotas adelantadas cobraba posición, nos hostigaba demasiado, faltando 10 minutos cobra un penal inexistente en contra nuestra, todos reclamamos asta nuestro entrenador entró a la cancha, pero ya estaba cobrado se tenia que respetar, todo la tribuna se acerco al área para ver, el delantero recio, fue el que tenia que patear el penal, coloco el balón en el punto penal, yo me acerque y al oído le dije, “una apuesta a tu hermana que no me haces gol” desconcertado solo se quejo con el arbitro, regrese a mi arco abría los brazos saltaba y miraba fijamente el valón y su cara del jugador ya notaba el nerviosismo, de pronto pitó el arbitro, gane la iniciativa adelante cuatro pasos cerré el arco, mira, patea y choca en el travesaño sale la pelota fuera de la cancha, un silencio cabanista, nosotros con mas animo jugábamos, pero de ahí en adelante cambio la actitud del arbitro, todo roce con jugador cabanista cobraba a favor de ellos, a los dos minutos el arbitro cobra otro penal, todos queríamos desaparécelo al arbitro ¡estaba comprado este descarado!, el tumulto de la gente a favor y en contra estaban dentro de la cancha. De pronto veo acercarse desde la tribuna corriendo ha un hombre cobrizo alto de largos brazos puesto un sombrero, abriendo a la gente que estaba en la cancha y de dos certeros puñetazos lo desplomo al arbitro que tendido en el gras gritaba, mas se acrecentó el pánico los gritos, etc, etc. Y con una voz gruesa dijo “estoy en la cárcel onde mas me van a meter carajo” en ese mismo instante se acercaron cuatro policías agarraron de los brazos y se lo llevaron.

Quedo la incógnita entre todos nosotros quien era ese hombre de tan bravo coraje?, unos decían es el “PODEROSO”, efectivamente era nuestro bravo conchucano el “Poderoso” estaba sufriendo carceleria en Cabana, pero como es las realidades de nuestros pueblos que no sabemos reconocer, aprender, conocer o entererarse de los acontecimientos históricos de nuestros pueblos, pocos sabíamos porque estaba en la cárcel nuestro Hermano conchucano, pero es para la reflexión este episodio, como te identificas con tu pueblo ya sea en el deporte, en la defensa de las tierras, o de la institucionalidad o cualquier de los ordenes, Era precisamente lo más admirable en la actitud de “poderoso”: su alto nivel de conciencia solidaria, así como su gran disposición para acompañar las grandes o pequeñas batallas, las autoridades, nuestros padres y talvez nosotros mismos que éramos jóvenes no teníamos conciencia de las cosas de los problemas de nuestra comunidad, y esto es un mal que no debe seguir así. Debemos ser mas solidarios preocuparnos por los que hacen nuestra historia, y que debe quedar registrado los acontecimientos ó sucesos de nuestros pueblos. A partir de este hecho todos de la selección por la noche y preguntábamos y comentábamos el hecho. ¿Por qué lo tienen a poderoso en la cárcel? ¿Cuánto tiempo estará en la cárcel? Y muchas preguntas que nosotros no entendíamos las cosas aunque algunos daban diferentes respuestas y comentarios, como: “esta por indiferencia de las autoridades” ó “esta porque don Shilve y don…”

CONTINUARA...

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