El 28 de julio también es el aniversario de la inolvidable marcha de los cuatro suyos que hizo caer al régimen corrupto de Fujimori y Montesinos. Fecha y acción histórica en la que el pueblo se unió para protestar y luchar contra la dictadura..
Mi homenaje simple y sencillo a todos los que salieron a las calles, a los periodistas que no se dejaron comprar, a los pocos políticos que se la fajaron en esa fecha. Estuve en casi todas las manifestaciones y fui testigo de las maniobras para aplacarlos. Todos por jirón Lampa. Los vecinos habían abierto las tomas de agua de la calle para que la gente pueda sacar agua, llenar tinas y baldes capturar las bombas lacrimógenas para que finalmente las coloquen dentro de estos baldes o tinas y así para impedir que hicieran efecto, también servían para lavarse la cara y quitarse el ardor que provocaban estas bombas, o mojar un polo o trapo para respirar a través de ellas. Los periódicos de oposición al régimen fujimontesinista entre ellos recuerdo a El Comercio, publicaron manuales para confeccionar máscaras antigás caseras.
Miles de nuestros hermanos llegaron desde los cuatro extremos del país y se unieron a los limeños y los limeños se unieron a ellos y se habló "mi hermano", por fin. Por fin un campesino se refirió a un urbano como "mi hermano" y un cholo medio indio a un blanco como "mi hermano".
Un 27 de Julio del 2000, los dedos separados de nuestras manos se juntaron y formaron un puño, y una voz exclamo ¡LIBERTAD! Fue la de voz del pueblo, ¡Libertad! Exclamo el Antisuyo, ¡Libertad! Grito el Contisuyo, ¡Libertad! Repitió el Chinchaysuyo y ¡Libertad! El Collasuyo. La costa, los andes, la amazonia y el Perú entero estremecieron, eran la voz de todas las voces, que demandaba liberación de la dictadura, de la corrupción del gobierno corrupto de Fujimori, fueron los días 27, 28 y 29 de Julio del 2000, la bandera de los 4 suyos flameó, en ella, el sol resplandeció y las calles principales de lima se llenaron de lagrima y sangre, era La Marcha de los 4 Suyos.
Alejandro Toledo agitó a todas las sangres durante la cruenta batalla contra la dictadura. La marcha marcó un antes y un después en la consolidación de nuestra institucionalidad que hoy sigue siendo débil y que debemos reforzar
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